Marieta Jiménez: “ClosinGap es una palanca poderosa dirigida a la transformación de la sociedad porque nuestro país, no puede permitirse el lujo de despreciar el talento de la mitad de su población”
1. ¿Por qué es relevante una iniciativa como ClosinGap en el actual momento social y económico de nuestro país?
Closingap es una palanca poderosa dirigida a la transformación de la sociedad. Nacimos en 2018 con ese objetivo y hoy, cuatro años después, este sigue estando más vigente que nunca. En un escenario de inestabilidad social y económica como el que vivimos -con el impacto directo y colateral de una pandemia, de un conflicto europeo…etc- parece evidente que nuestro país, igual que el resto de Europa, no puede permitirse el lujo de despreciar el talento del 50% de su población. Especialmente el de las mujeres, que ha sido el más desaprovechado para el PIB del país, como se deduce de los 12 informes de brecha de género que ya hemos presentado en nuestra singladura.
La mujer es una palanca indispensable para la recuperación y la prosperidad de nuestro país, y Closingap es el proyecto que pone esta realidad sobre la mesa, pone datos y cifras a su impacto y enfatiza -con idéntico rigor- los beneficios de crear un futuro igualitario. Además, Closingap tiene la relevancia extra de estar plenamente alineado con algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, especialmente dos: el 5 (igualdad de género) y el 17 (la colaboración para lograr grandes objetivos).
2. ¿Qué supone y qué aporta a su compañía pertenecer al clúster ClosinGap?
Creo que impulsar Closingap era una misión. Así lo entendimos cuando, en 2015, Merck lanzó la iniciativa “Healthy Women, Healthy Economy” en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, con el propósito de mejorar la salud y el bienestar de las mujeres para impulsar así su participación en la economía.
Con ese poderoso antecedente, y una vez que volví a España tras mi paso por la dirección de la filial de Merck en Suecia -país donde pude experimentar de primera mano las consecuencias beneficiosas de la igualdad de género en la economía y la sociedad- la idea de recoger ese mismo espíritu y adaptarlo a la realidad española fue transformándose en un propósito ineludible y plenamente alineado con nuestra cultura global de compañía. El punto de partida fue una pregunta aparentemente sencilla: ¿Cuál es el coste de oportunidad, el impacto en la riqueza de nuestro país, de no contar con todo el potencial de las mujeres? Es decir, había que buscar los datos -no quedarnos en las impresiones, por muy elocuentes que estas fueran- para refrendar con solidez una realidad que estaba afectando directamente a nuestra economía.
Y ese viaje no debíamos hacerlo solos. Había que buscar alianzas con compañías de diversos sectores para multiplicar el eco de nuestras iniciativas. Hoy estoy orgullosa de que seamos 12 grandes organizaciones que integran a más de un millón de empleados en total y que, desde la diversidad de nuestros ADN, nos hemos puesto de acuerdo para perseguir esta meta común tan ambiciosa como necesaria.
Pero esta es una misión que debe reflejarse también internamente, necesita de coherencia. Y en Merck hemos impulsado activamente el acceso de las mujeres a puestos de alta responsabilidad -son el 50% en el comité ejecutivo español, y el 45% de las General Manager de Europa, región que presido actualmente-, por poner solo dos ejemplos. Si el/la CEO quiere, sucede. Ese es mi mantra.
3. ¿Cómo contribuye su compañía a la misión de ClosinGap de hacer realidad la paridad en la contribución de la mujer a la economía?
Como ya desvelamos en el primer informe de ClosinGap, liderado por Merck y centrado en la brecha de género en la Salud, las mujeres viven de media cuatro años más que los hombres, pero con peor salud. El deterioro de la salud física y mental impacta no solo (y muy importante) en ellas sino también en la demografía y la economía del país.
Pero hay más. Tradicionalmente, han sido las mujeres las que se han ocupado del cuidado de los hijos y de familiares dependientes, adquiriendo el rol de cuidadoras no profesionales. Esto, vinculado a los sesgos inconscientes de género que existen en el ámbito de la salud -un ejemplo es que algunos diagnósticos se basan en descripciones de síntomas exclusivamente de los hombres- y a determinados estereotipos y convenciones sociales, solo contribuye a acentuar aún más la brecha y arroja un titular rotundo:
Como compañía de ciencia y tecnología enfocada en la salud, en Merck hemos convertido la paridad en uno de nuestros pilares. Sabemos que las compañías en las que existe diversidad equilibrada de géneros (como también de edades, nacionalidades…etc.) son más competitivas, logran un mayor bienestar en los equipos y, por tanto, mejores resultados.
4. ¿En qué consiste el compromiso de su compañía con la paridad y el cierre de las brechas de género?
Tengo la suerte de liderar en una compañía -Merck- en la que la igualdad de género, la diversidad y la inclusión son pilares básicos. Sabemos que allí reside el éxito, ya que permite un flujo de ideas continuo desde diferentes perspectivas, contextos y sensibilidades. Nuestra líder mundial es una mujer que también está convencida de que no puede haber innovación si dejamos en el camino el talento de una parte de nuestros empleados/as.
“Existen planes de igualdad que lo garantizan, programas de mentoring para que nuestras empleadas progresen hacia sus metas; una flexibilidad tanto para mujeres como para hombres a la hora de trabajar de forma híbrida que facilita la conciliación de la vida personal y profesional.”
Nuestras prácticas han sido compartidas con el clúster Closingap de manera que esa puesta en común ha dado como fruto un contundente toolkit de medidas que nos enriquece y nos hace ser aún más ambiciosos en la puesta en práctica dentro de nuestras respectivas compañías.