Las horas extra trabajadas y no remuneradas restan una media de 1.878 euros por trabajador al año e impiden la conciliación
La distribución y organización del trabajo resultan fundamentales a la hora de mejorar la eficiencia del mercado laboral. Sin embargo, dicha organización del tiempo dedicado al trabajo y a las responsabilidades familiares y del hogar está descompensada, por condición de género, entre los adultos que conforman dichos hogares.
Este hecho no solo actúa en detrimento de la participación de la mujer en el mercado del trabajo, sino que también incide negativamente sobre los ingresos de la unidad familiar, como pone de manifiesto el segundo informe de ClosinGap sobre el coste de oportunidad de la brecha de género en conciliación.
Además, España es uno de los países europeos donde más horas se trabaja y, no por ello, la productividad laboral por hora es mayor.
La dilatación de las jornadas laborales no siempre lleva aparejada una mayor remuneración: la mitad de las horas extra trabajadas durante 2017 no fueron remuneradas. En 2017, el 5,5% de los hombres ocupados realizaron horas extras, frente al 3,6% de las mujeres ocupadas; además, solo la mitad se remuneraron, con independencia del sexo del trabajador.
Este hecho no solo supone un sobreesfuerzo, sino que resta tiempo para conciliar. Por ello, la liberación de las horas extra trabajadas y no remuneradas – que suponen 183 horas o 1.878 euros por trabajador al año –permitiría incrementar su tiempo de conciliación, así como su implicación en las tareas del hogar y de la familia.