El coste de oportunidad de una baja tasa de natalidad en España durante las últimas décadas supera los 31.003 millones de euros, el 2,8% del PIB observado en 2016
La maternidad determina la relación de las mujeres con los servicios sanitarios, así como su estado de salud a lo largo de su vida. Si bien la fertilidad está asociada biológicamente a la condición de mujer, el ejercicio de la maternidad está condicionado por el contexto económico y social, y los efectos de dicho ejercicio repercuten, a su vez, en la salud demográfica y económica del país.
En este sentido, la tasa de natalidad está determinada por múltiples factores: desde la propia libertad personal y familiar hasta las circunstancias o condiciones en las que dicho ejercicio se realiza (edad, ocupación, ingresos, prestaciones sociales, etc.) o los efectos sobre el bienestar económico de la familia (distribución del tiempo para trabajo, cuidados, ocio y otras actividades, etc.).
El informe de ClosinGap sobre el coste de oportunidad de la brecha de género en la salud pone de manifiesto que, desde 1975, la tasa bruta de natalidad ha caído en España 2,5 veces, y la tasa global de fecundidad lo ha hecho en más de 2 veces. En 2017, los nacimientos representan el 58% de los registrados en 1975 y la edad media de nacimiento del primer hijo ha aumentado seis años, hasta los 31.
Si se aplica a España la variación de la tasa de natalidad promedio de los países del entorno desde 1984, se puede concluir que en 2016 podía haber habido 47,7 millones de habitantes en el país, 1,2 millones más de los que somos hoy.
De ellos, 900.000 personas integrarían la población en edad de trabajar, lo que hubiera podido reducir la tasa de dependencia un 0,8%. Reflejado en términos de PIB total, el crecimiento al que hemos renunciado por una menor tasa de natalidad sería de 31.003 millones de euros (un 2,8% del PIB observado en 2016, y casi el 50% del gasto público anual en sanidad en España).
De esa cantidad, el 9,3% habría formado parte de la recaudación por cotizaciones sociales de la Seguridad Social, lo que representaría 2.872 millones de euros más en recaudaciones en 2016.